Transcribo su crónica y unas imágenes.
Divertida (y cansada) tarde de miércoles en Laredo: tres clases de una
hora después de haber estado ya todo el día trabajando... Pero mereció la pena.
A las profesoras les encantó la propuesta y los alumnos estuvieron en general
muy atentos a la novedad. Las fotos que adjunto son del grupo más numeroso y
del nivel más avanzado (4º ESO). Fue la mejor hora ya que los alumnos se
engancharon muy bien con los distintos juegos y después incluso se los
explicaban unos a otros. Quedé muy satisfecho con esa clase. Las otras dos
clases fueron con menos alumnos, y muy pocos extranjeros. De estos últimos,
lamentablemente no puedo sacar ninguna conclusión palindrómica seria.
Hay alumnos que lo cogen bastante rápido, mientras que a otros les
cuesta más, como era de esperar. Y hay que empezar de cero e ir subiendo el
nivel poco a poco, porque lo que a nosotros ya nos parece elemental, a un
alumno cuyos ojos se topan por primera vez con un palíndromo no le resulta tan
elemental. La mera comprobación letra a letra de la reversibilidad de una
palabra resulta compleja de inicio. Hay que cambiar el chip y ponerse en su
punto de vista. Aprendí mucho.
Fue muy gracioso cuando al principio pregunté si alguien sabía algún
palíndromo y alguien dijo: “¡TU-BER-CULO!”. Jajaja. Algo había oído, pero no
sabía muy bien qué.
Felicitamos a Raúl por su tarea divulgativa.
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